viernes, 22 de abril de 2011

LA HUELLA DE UN BESO, por Daniel Glattauer

Cuando hace unos días mi amiga Laura me avisó de que alguien había tenido la maravillosa idea de reeditar (aunque fuese en edición de bolsillo, grrrr) una de las primeras novelas de Daniel Glattauer, me invadió la melancolía; echaba de menos la historia de Leo y Emmy y pensé que nada lo podría remediar…hasta que llegó Kurt.

Me he enamorado de Kurt (es un amor platónico, sólo comparable con el amor que siento por Colin Firth). Kurt, es grande, robusto, fuerte, paranoico (como todo el mundo), inteligente, hábil…todo lo que debe tener, vaya. Sólo tiene una pega…es el perro de Max, el protagonista de la novela…

Y Max es…otro paranoico! Un paranoico con un grave problema: tiene fobia a los besos. Por culpa de ello, en parte, su vida se ha convertido en monótona, quiere escapar de la rutina y de la Navidad y por eso decide contratar un viaje a las Maldivas.

Como el hecho de tener a Kurt con él es más bien un interés laboral (Max escribe semanalmente una columna sobre perros) se olvida de él al contratar el viaje…por tanto, no tiene con quien dejar a Kurt durante sus vacaciones.

Por ese motivo pone un anuncio para encontrar quien se haga cargo de Kurt durante los días que está fuera…y aquí aparece Katrin.

Katrin es una joven oftalmóloga, hija única, a la que le da pereza cumplir los treinta años el día de Nochebuena, y no por ella, sinó por sus padres. Unos padres más preocupados por las apariencias y el hacer lo correcto a la edad correcta, que por la felicidad de su hija. Katrin encuentra la oportunidad de oro en el anuncio de Max…si está al cargo de un perro para Navidades, no las podrá pasar con sus padres (su padre tiene un trauma postjuvenil con los perros)…

Lo que no tenían en mente Max y Katrin, Kurt desde su quietud quizás si, es que todos sus planes para las Navidades se Irian al traste tras conocerse…al quedar para “presentar” a Kurt surge un mutuo interés, pero las meteduras de pata de Max y su problemilla inconfesable hacen que la historia no avance tal y como Katrin desearía…pero la mediación de Kurt en todo este entramado será crucial para los dos.

Si a todo esto le sumamos unos personajes secundarios de los más tierno y original posible…te encuentras con una historia magnifica, muy recomendable.

Como toda obra de Glattauer las dosis de humor y de romanticismo hacen que sean novelas rápidas y que el regusto que te dejan sea incomparable.